Antibióticos y probióticos



Hace tiempo que estaba deseando escribir un artículo sobre los antibióticos, esos entrecomillados amigos que tantas veces tenemos que tomar las personas que padecemos osteomielitis. Por mi experiencia con esta enfermedad, sé a ciencia cierta cuáles son los beneficios de los antibióticos para la infección ósea que nos ataca, como también conozco sus devastadores efectos en nuestro organismo. No hablo precisamente de los efectos secundarios temporales que nos puede producir cualquier medicamento, sino de aquellos desperfectos que provoca en nuestro cuerpo la ingesta abusiva de antibióticos.

Como ya he hecho anteriormente, insisto en que no soy médico, sino paciente, y que toda la información publicada es a modo de ayuda para las personas que tengáis que sufrir esta terrible enfermedad.

¿Cómo actúan los antibióticos que tomamos?


Como la propia palabra indica, un antibiótico es anti-vida. Se trata de un medicamento que destruye o inhibe organismos vivos que están atacando nuestro cuerpo. Los antibióticos se usan para tratar enfermedades causadas por bacterias, hongos o ciertos parásitos (no virus) y actúan sobre ellas matándolas o inhibiendo su crecimiento. En el caso de la osteomielitis, los antibióticos son esenciales para evitar el desarrollo y la proliferación de la bacteria Staphylococcus aureus, que suele ser causa del 90% de los casos de la enfermedad.

Cuando una bacteria es capaz de burlar nuestras defensas, los antibióticos nos ayudarán a atacar a la bacteria envenenándola hasta matarla o bien debilitándola. El medicamento, al igual que las propias defensas del cuerpo, no sólo ataca a la bacteria enemiga, sino también a la célula afectada, sin causar ningún daño al resto de células sanas.


Sin embargo, recordemos una vez más el significado de la palabra antibiótico: anti-vida, que ataca a la vida. Cuando ingerimos antibióticos no tenemos la suerte de poder dirigir el ataque de nuestra pastillita directamente al blanco como si se tratase de un misil a control remoto. Por desgracia, el antibiótico llega a todas partes y, al contrario que nuestras defensas, no discrimina entre las bacterias buenas y las malas. Por lo tanto, no es de extrañar que podamos sentirnos bajos de defensas al ingerir antibióticos o sufrir alguna clase de infección por hongos como la candidiasis como consecuencia de haber debilitado o incluso devastado nuestra flora intestinal. Teniendo en cuenta que un 40% de nuestro sistema inmunológico se encuentra en los intestinos, no es de extrañar que al deforestar nuestra flora a base de antibióticos lleguemos a sentirnos cansados y débiles. 

Cuidado con tomar antibióticos sin que nos lo haya recetado el médico. Si nuestro médico no nos confirma que hay infección, no debemos tomar antibióticos ya que nos pueden perjudicar matando la flora intestinal que favorece a nuestras defensas, además de poder provocar que nuestro cuerpo se vuelva con el tiempo resistente al antibiótico.

Los antibióticos nos ayudan a combatir nuestra enfermedad debilitando a la bacteria que causa la infección y evitando que nuestro mal vaya a mayores. La otra cara de la moneda es que mientras el medicamento lucha contra la infección ósea también produce estragos en nuestros intestinos y, por tanto, hace flaco favor a nuestro sistema inmune, al cual paradójicamente necesitamos más que nunca. 

Increíble pero cierto. Necesitamos tomar antibióticos para atacar a la osteomielitis pero al mismo tiempo los antibióticos destruyen las bacterias beneficiosas de nuestro cuerpo y debilitan nuestro sistema inmune. ¿Cómo podemos protegernos contra este ataque? La respuesta son los probióticos

¿Qué son los probióticos?

Si la palabra antibiótico significa anti-vida, podríamos decir que la palabra probiótico se podría definir como a favor de la vida. Los probióticos contienen millones de bacterias amigas como Lactobacillus acidophilus o Bifidobacterium bifidum que nos ayudan a contrarrestar los efectos de los antibióticos. La ingesta en cantidades razonables contribuye al equilibrio de la flora intestinal y nos ayuda a aumentar las defensas que tanta falta nos hacen. Además, evitan las molestas diarreas que muchas veces provoca la toma de antibióticos.

Existen alimentos probióticos naturales con estos mismos microorganismos: yogures frescos, leches fermentadas, el kéfir, el jocoque... 

Si tienes intolerancia a la lactosa, consulta con tu médico antes de consumir probióticos.
 


  

¿Cómo tomar los probióticos?


Teniendo en cuenta los efectos devastadores de los antibióticos para nuestra flora intestinal, no debemos tomar probióticos y antibióticos en la misma toma. Lo ideal es espaciar una dosis de la otra con unas horas de diferencia para que los beneficios de los probióticos hagan efecto, de lo contrario los antibióticos destruirían los microorganismos amigables. Podemos tomar los probióticos antes o después de los antibióticos siempre y cuando respetemos ese espacio entre una dosis y la otra. Muchos expertos aconsejan tomar los probióticos en ayunas o de noche antes de acostarse.

¿Dónde puedo conseguirlos?


Puedes adquirir probióticos tanto en farmacias como en herboristerías  en cápsulas, polvos o bebibles. Por mi experiencia y tras probar de todo, descarto los probióticos en polvo. Cuando adquirimos probióticos debemos comprobar que contengan distintas cepas y que los microorganismos estén protegidos por una cobertura entérica en el caso de las cápsulas o haber sido tratados con un procedimiento de liofilización en el caso de los bebibles para que los microorganismos superen los ácidos del estómago y lleguen vivos al intestino. Estas características vienen descritas en el producto para conocer su calidad y fiabilidad. Antes descarté los probióticos en polvo porque normalmente no contienen tantos microorganismos, no indican en su etiquetado si están preparados para sobrevivir a los ácidos del estómago y porque personalmente apenas noté mejoría. 

Hasta hace poco tomaba probióticos bebibles que compraba en la farmacia de la marca Arkoprobiotics (Defensas adultos),que consta de 7 bebibles para realizar un tratamiento de una semana. 


Este tratamiento funciona muy bien pero le encuentro dos inconvenientes: por un lado, me parece insuficiente para un tratamiento antibiótico largo además de caro (alrededor de 12€) y por otro lado, el fabricante ha comenzado a añadirle azúcar al bebible. Los bebibles han pasado de tener un sabor agradable a ser totalmente empalagosos, por no mencionar que en el caso de que se padezcan cándidas con frecuencia por la ingesta de antibióticos el uso de azúcar en el probiótico no es de mucha ayuda, ya que los azúcares dan de comer a los hongos.

Recientemente he probado unas cápsulas que compré en una herboristería y puedo decir que son de lo mejor que he probado hasta la fecha. Un envase con 60 cápsulas cuesta unos 30€, pero si lo comparamos con los bebibles es mucho más barato: si la unidad de cada bebible sale a 1.71€, las cápsulas nos saldrían a 0.50€ la unidad. Con las cápsulas tenemos probióticos para dos meses (1 cápsula al día) y son más baratas. Os muestro una foto de las que estoy tomando.

Estos probióticos contienen 11.000 millones de microorganismos protegidos con una cobertura entérica para que sobrevivan a los jugos gástricos, tienen 10 cultivos diferentes y además contienen prebióticos (F.O.S = fructooligosacáridos; A.O.S. =arabino-oligosacáridos), que son sustancias que favorecen la implantación de bacterias. Si quieres tomar prebióticos naturales para estimular el crecimiento y la actividad de los probióticos en el intestino, toma nota de estos alimentos:

  • Alcachofas, achicoria y banana: contienen inulina, un prebiótico natural
  • Legumbres, patata y boniato: poseen rafinosa y estaquiosa.
  • Ajo, cebolla y puerro: poseen derivados de inulina y fructooligosacáridos
  • Trigo, avena y cebada: poseen inulina.
  • Espárrago: posee fructooligosacáridos




 Espero que estos pequeños consejos os puedan ayudar a sobrellevar mejor los tratamientos con antibióticos sin minar vuestras defensas.

Os dejo algunos links por si queréis más información. Un saludo y hasta pronto.



 

5 comentarios:

  1. Estupendo artículo, me ha aclarado muchas dudas. Gracias

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  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  3. El comentario anterior fue eliminado por contener publicidad. Este tipo de publicaciones están fuera de lugar en un blog dirigido a enfermos de osteomielitis.

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  4. Muchas gracias, seas quien seas. Sin tu ayuda no creo que la mitad de los enfermos entendamos algo de la jerga de los cirujanos maxilofaciales y de los farmaceúticos. Yo tuve que oír entre dientes lo que tenía, y cura larga de antibióticos y cámaras hiperbáricas. Nada en directo, de tú a tú, solo que sería costoso de eliminar y que podía ser para toda la vida, sin explicación de en qué consistía osteoliomielitis, salvo mis conocimientos previos del tema y luego la búsqueda inevitable.
    Al comprar en la farmacia, un familiar por mí, le preguntaron si quería probióticos o no y no supimos qué responder, así que no los cogí.
    Ahora ya sé lo que son.
    Muchas gracias por ayudarnos a comprender y enseñarnos lo que nos tenían que decir y explicar los médicos.
    Un saludo y espero que estés bien.

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  5. Escribí desde argentina . Estoy en este momento retorciendome de dolor porque es la cuarta operación de mandibula que tengo bueno está última fue una infeccion del hueso dos años después de la última cirugía y ahora se lo que tengo y q el doctor nunca me explicó. Seguiré vuestro blog y muchas gracias por la info.

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